lunes, 11 de noviembre de 2013

Gianni Rivera: El Jugador que derribaba presidentes

Se ha oído en muchas ocasiones esa frase de  que los futbolistas mandan en los clubes, creo que al jugador que más justicia le puede hacer fue a Gianni Rivera, en el Milán. 
"Il Bambino di Oro" le llamaron desde su aparición. Figura mundial antes de los veinte años, demostró fuerte carácter y personalidad al atacar nada menos que al "Catenaccio", dogma de fé del fútbol italiano.
"Contra los equipos extranjeros jugamos con uno menos", se quejó en su debut con la selección,  refiriéndose a que al tener un libero por detrás de la defensa, quedaban en inferioridad.
Picchi, el líbero( era del Inter, rival del Milán),  se sintió ofendido. También se las tuvo con el seleccionador italiano en Mexico70, Valcareggi, que les consideraba incompatibles a él y a Mazzola y armó un tremendo revuelo más tarde al acusar a los árbitros de "sometimiento psicológico ante la Juventus", opinión, a todo esto bastante extendida en Italia.
Para 1975 su estrella empezaba a   declinar, y el 19 de Abril, el que entonces era presidente del Milán. Albino Buticchi, tuvo la mala idea de comentar que sería una buena idea cambiarlo por Sala, una estrella emergente en el Torino. Rivera se sintió ofendido. Y más cuando el presidente del Toro, Orfeo Pianelli, lo rehusó "No tengo vocación de anticuario". Rivera replicó que hacía bien, porque "para ser anticuario se necesita conocimiento, sensibilidad y buen gusto, y Pianelli carece de todo eso." Pero el incidente indignó a Rivera, que estuvo un mes sin ir a entrenar. Cuando volvió, el entrenador Giagnoni,  le excluyó del equipo. Rivera utilizó sus influencias, y lo hizo saltar, lo que fue la primera oportunidad para entrenar a Trappatttoni. Luego buscó amigos con capital que compraran el club y los encontró.

La guerra que se desató hizo que cayera el presidente Buticchi a los seis meses de sus inoportunas declaraciones. Acaudalados amigos suyos pusieron el dinero para hacerse con el club, en el que se quedo él como dueño absoluto, tomando las decisiones desde el propio césped cuando aún era jugador.


No era extraña la devoción por un jugador que además de ser considero un superclase, mantuvo siempre en alto la bandera del arte y del fútbol bello en un país dominado por el cerrojo y la especulación  Cuando se retiró al fin, pasó a ser vicepresidente del club, hasta la aparición de Berlusconi, a cuya llegada se opuso, lo que le costaría la salida de "su" Milán, para el que ganó dos copas de Europa, una Intercontinental, dos Recopas, tres ligas y cuatro copas de Italia. Además de eso, ganó el balón de Oro de 1969 y tomó parte en cuatro mundiales.

Pero nada le produjo más satisfacción que hacer saltar del club a Buticchi, el presidente que le había despreciado de tal forma. Que era, en el fondo, despreciar al Milán, del que fue bandera durante tantos años.

2 comentarios:

  1. Rivera-Mazzola, el eterno dilema. Pa mi gusto mejor Il Bambino de oro, enorme calidad, aunque el físico no acompañara mucho.

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  2. El físco no acompañaba demasiado quizás, pero la figura y la calidad siempre las llevo con él encima. Jugador de arte en futbol de cateneccio de la epoca.

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