domingo, 3 de noviembre de 2013

Una deuda que saldar: Luis Aragonés

Dice un dicho popular que en muchas ocasiones alguien ha de fallecer para que se le reconozcan sus méritos. Pues bien, aplicándolo al fútbol actual ese comentario, creo que a quién más justicia le haría es a Don Luis Aragonés, también conocido como "El Sabio de Hortaleza" o "Zapatones".

Todos los que tenemos una cierta memoria futbolera, y un cierto sentido de la justicia, recordamos aquellos años en los que manifestarse a favor de su continuidad en la selección era poco menos que una invitación a  que el populacho pusiese en duda el estado mental de uno. El resto de la historia es conocida por todos, la fidelidad a sus ideas, a pesar del clamor popular a favor de Raúl, simplemente concluyó con el mayor éxito que jamás habíamos soñado ver ninguno de los de mi generación: La conquista del campeonato de Europa, y la base cimentada de un equipo que posteriormente arrasó por el mundo.

Sin estridencias, "Zapatones" cumplió su palabra de abandonar el cargo y se fue a entrenar con escaso éxito a Turquía, de donde regresó sin hacer ruido y pasando a un segundo plano. ¿Tendremos que esperar a su fallecimiento para reconocerle todo lo que hecho por nuestro fútbol?. ¿Tanto cuesta poner a cada uno en su sitio?, ¿No se les cae la cara de vergüenza a quienes le lapidaron por no convocar a Raúl?? Personajillos tales como el inefable Pedrerol por poner un ejemplo.

Cuenta la leyenda que tras cierto partido donde España cayó derrotada en Irlanda por 3-2, y en la noche previa Raúl se estaba tomando unas cervezas en el bar del hotel,  al llegar a Barajas existe en la selección una norma no escrita que dice que todos los seleccionados, sean o no sean de Madrid, deben quedarse en un hotel cercano al aeropuerto. En ese momento, Raúl se le acercó a Luis Aragonés y le dijo:
-Oiga Míster ¿le importa si me voy a dormir a  mi casa?
-No, no me importa, váyase a casa, con usted ya sé lo que para lo que puedo contar: Para Nada.


Pero sería injusto recordarle por el éxito obtenido con la selección nacional exclusivamente. Detrás de eso queda una larga trayectoria como jugador en las filas del Getafe, Real Madrid, Recreativo de Huelva, Hércules, Ubeda, Oviedo, Betis y 10 años en las filas del Atlético de Madrid, donde alcanzó tres títulos de liga y dos de Copa del Rey, distinguiéndose como un fino interior derecho, además de un extraordinario golpeo de balón. Sirva como ejemplo el gol que le hizo al Bayern de Munich en la final de la copa de Europa de 1974. Ejecutó con tal maestría la falta, que en el momento en el que el balón salió de su bota ya se dio la vuelta al centro del campo celebrandolo.

Como entrenador ha pasado por muchos banquillos, siendo de nuevo el del Atlético de Madrid donde más se asentó, llegando a estar hasta en 4 etapas diferentes al frente del club colchonero, donde como le pasó como jugador dejó su huella en forma de títulos. 1 liga, 3 Copas del Rey, 1 Supercopa de España y un ascenso es su balance de éxitos en el club de la ribera del Manzanares. Betis, Barcelona ( donde logró la copa del rey en el coplicado año del famoso "Motín" del hotel Hesperia), Español, Sevilla, Valencia, Oviedo,  Mallorca ( en dos etapas diferentes) y Fenerbahce fueron los otros clubes dirigidos.

Por todo eso, por su personalidad, por sus titulos, por su carácter, por sus anécdotas como el mírame a la cara a Romario, o el Agarrar de la pechera a Etoo,  solamente por eso se merecería todo nuestro homenaje, pero sobre todo se merece, que para bien, fiel a sus ideas, fue el hombre que con los valores del pasado aplicados al fútbol moderno, cambió nuestra historia para siempre. Por todo eso,  Gracias Zapatones. El fútbol de hoy te añora.





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